La actividad comercial en Plaza Bella de Ramos Arizpe atraviesa una crisis económica tras el cierre temporal del supermercado Bodega Aurrerá, sucursal afectada por dos incendios intencionales ocurridos en su área de estacionamiento y bodega en abril pasado. Desde entonces, los locatarios reportan una caída del 70 % en sus ventas, situación que pone en riesgo la viabilidad de sus negocios.

El supermercado, considerado la tienda ancla de la plaza, generaba el mayor flujo de visitantes. Su cierre inmediato dejó a los comerciantes con días de baja afluencia y ventas mínimas.

“Bodega Aurrerá es el motor de esta plaza, sin ellos, la gente simplemente no viene. Sin embargo, seguimos abriendo, pero las ventas no alcanzan ni para reponer mercancía”, expresó Erika, empleada de un local de telefonía móvil.

Según estimaciones de los propios comerciantes, cerca del 80% de los clientes que acudían a Plaza Bella lo hacían con el propósito principal de comprar en la tienda de autoservicio. La fuerte dependencia hacia ese flujo ha provocado que negocios de diversos giros, desde perfumerías hasta restaurantes y tiendas de electrónica, enfrenten pérdidas considerables.

“Estamos sobreviviendo, literalmente. Lo poco que entra apenas cubre los servicios, la renta y el sueldo de dos personas que trabajan conmigo. Ya no hay suficiente ganancia, solo buscamos mantenernos en pie”, comentó un vendedor de artículos electrónicos.

Hasta ahora, al menos dos establecimientos han tenido que reducir su plantilla laboral para aminorar el impacto financiero. Otros han recortado horarios o suspendido promociones con el fin de conservar recursos.

“Solo pedimos que no se olviden de nosotros. Aquí seguimos, con la misma calidad y el mismo esfuerzo de siempre. Si bien una tienda tan importante como el supermercado aún no se ve cuando abrirá, aquí no paramos de trabajar en los demás establecimientos”, expresó Luis Adrián, vendedor de dulces típicos regionales. (EDUARDO SERNA).